¿QUÉ APRENDERÁN?

Los sonajeros adosados al cuerpo han servido desde la antigüedad para acompañar los movimientos del baile, del caminar, del correr, del saltar. Dependiendo donde se coloque, un mismo sonajero servirá para marcar distintos ritmos y sonidos, que a su vez dependen de la estructura biológica del cuerpo. Un sonajero de pies marcará el caminar, con un ritmo constante, por ejemplo; un sonajero en el pie derecho alternará sonidos con uno en el pie izquierdo, ampliando la experiencia a la coordinación entre varios cuerpos. Un sonajero de cintura marcar el baile, los giros y vaivenes, mostrando la diversidad de movimientos que permite y diferencia a cada cuerpo. Un sonajero de cabeza, al contrario, marcará de modo más sutil, incluso de manera audible solo para quien lo usa (sobre todo en las orejeras) siendo inaudible al resto, mostrando la gama de sonidos que va de lo más íntimo y personal hasta lo más público y compartido.